miércoles, 5 de mayo de 2010

La última de la temporada


Carámbanos de medio metro, hoy, en Torre de Babia

Hace unos días, caminando junto a la laguna del Viveiro, entre Laciana y Cangas del Narcea, comprobé que había menos nieve que cuando pasé por allí el año pasado, a pesar de que entonces eran los últimos días de mayo. Aparte de que el año pasado fue excepcional en nieves, ahora lleva ya un mes sin nevar en las montañas. Para paliar ese déficit, parece que el tiempo ha decidido compensarlo con una nevada tardía, tan tardía que hacía años que no nevaba a 1.000 metros de altura en el mes de mayo.


Pero el sol, a estas alturas de la temporada, es implacable. Un momento en que el cielo abre, y la nieve se va con la misma rapidez con la que vino. En Babia, por aquello de estar algo más alto, cayó más nieve, y con esos dos grados de temperatura menos que hay allí, la nieve se derrite un poco más despacio. Por eso en Torre de Babia, el pueblo al que me dejé caer hoy, sigue habiendo nieve, y no sólo nieve, sino unos carámbanos en los tejados de hasta medio metro de longitud.


El Alto de la Cañada (2.154 m.) desde Torre de Babia

Hermoso pueblo éste de Torre de Babia -¿eh?, Milio y Carlos-, que por quedar fuera de la carretera general, no visito nunca. Hermoso como casi todos los pueblos de Babia, con esa arquitectura sobria y recia, sin florituras, arquitectura de pueblos donde hay más invierno que verano, y donde por eso mismo la vida fue dura de verdad y quedaba poco tiempo para el adorno.

Otra vista del Alto de la Cañada, que separa Babia de Omaña

Uno de los principales problemas para el visitante de los pueblos de montaña de estas latitudes son los perros. Para un propietario de perro, es un lujo poder vivir en un pueblo y no tener que dejar al animal encerrado todo el día, como ocurre en un piso de una población más grande. En los pueblos grandes, o que reciben un flujo continuo de forasteros o turistas, los perros ya no ladran, y se quedan relajadamente tumbados junto a la entrada de su hogar. El problema está en las aldeas y pueblos perdidos, donde los únicos olores que reconoce el perro son los de sus cuatro vecinos, el del pescadero o panadero que asoma en la furgoneta por allí, y el del cartero (el problema lo tiene el que le sustituye en vacaciones). En fin de semana, con la llegada de los vecinos emigrados, el perro no da abasto, y olor más, olor menos, el montañero o simple turista suele pasar bastante desapercibido.


La bonita iglesia de Torre de Babia

Pero otra cosa muy distinta es aparecer en uno de estos pueblos un día entre semana. Acostumbrado como estaba a salir con frecuencia de monte de lunes a viernes, tuve que pasar en numerosísimas ocasiones por la incómoda situación de que todos los perros disponibles de cada aldea me pasaran revista. En una ocasión, en una aldea remota de Asturias, los cinco perros de retén me acompañaron de un extremo a otro del pueblo ladrándome de continuo, repartidos a mi alrededor. Una señora, viendo el espectáculo, me pregunta: "pero, ¿no les tienes miedo?" No me extendí en la respuesta, pero debiera de haberle dicho: "señora, a un perro no se le puede demostrar que se le tiene miedo, porque si no es cuando empiezan los problemas de verdad".


Porque es curioso ese agudo sentido que tiene el perro para saber cuándo alguien le teme. Como hay personas que tienen miedo a los perros, y siempre se les nota cuando se encuentran con uno, están siempre condenados. A mí me gustan los perros, y suelo hacer amistad con casi todos los perros desconocidos que me encuentro por ahí, salvo en los pueblos. Es raro que me enseñen los dientes, y como mucho, todo se queda en un aburrido y pesado concierto de ladridos. Nunca me mordió uno solo, lo que también me parece más suerte que otra cosa.


Pero hoy, no sé por qué -quizá porque no llevaba el bastón-, cuando me salieron dos chuchos de Torre de Babia al paso ladrando, me sentí inseguro un momento. Ese brevísimo momento fue suficiente para que los dos perros lo detectaran, y se envalentonaran, hasta el punto de que lo que parecían dos perros simpáticos me estaban enseñando los dientes en pocos segundos. Como soy incapaz de pegarle a un animal, y tampoco tenía el bastón para imponer respeto, tomé la opción de ignorarles. Los notaba rozando su morro contra mis piernas, mientras continuaban con su concierto. Cuando ya me alejaba de su territorio -en realidad yo iba por la calle principal-, una señora desde la ventana les dijo algo, pero ya era un poco tarde.


Un lindo perrito de Torre de Babia

Llegué hasta la iglesia, y confiaba en encontrar otra calle que saliera de allí y fuera hasta la entrada del pueblo, para no tener que pasar otra vez por delante de los perros, pero no había nada. Ellos estaban en el medio de la calle, con lo que no quedaba otra que ir directamente hacia donde estaban. Con paso relajado y sin prestarles mayor importancia, para allá que fui. Uno aún me enseñaba los dientes, y aproveché que llevaba la cámara para intentar sacarle una foto en esa actitud, pero al ver la cámara enfocándole se achantó un poco, y salió en la foto con cara de bueno. Pero el traidor de él, al darme la vuelta para seguir mi camino, me lanzó los dientes, con los que sólo enganchó la chaqueta. Tras la voz que le pegué, ya no molestó más. Mientras todo esto sucedía, yo miraba de reojo la ventana donde salió la señora la vez anterior, pero esta vez no asomó.


Poniendo cara de bueno para la foto. A lo mejor lo es, pero a continuación me mordió


No sé vosotros las experiencias que habéis tenido por ahí con perros pastores, pero casi nadie que recorra estas tierras con frecuencia se salva de algún incómodo encontronazo, a veces mucho más serios que la simple anécdota que cuento aquí. ¿Qué haces cuando un mastín viejo y descomunal se planta en medio de un camino, y con cara de pocos amigos te dice que no puedes seguir, cuando no hay la posibilidad de dar un rodeo? Pues a veces no queda más remedio que abandonar la ruta y volverse a casa.


Sólo espero que en mi próximo encuentro -que lo habrá, sin ninguna duda- con perros de aldea, fuera o dentro de ellas, mi amor hacia los perros continúe, y vuelva a casa con buenos recuerdos. Aunque estas situaciones pueden sentar precedentes de miedo y desconfianza, que lo único que hacen es que la siguiente situación desagradable lo sea aún más.


19 comentarios:

  1. Precioso el pueblo y muy ilustrativas las fotos, si me salen a mi los perros me vuelvo sin conocer el pueblo.Tengo un medio trauma de la infancia, una vez me azuzaron un pastor aleman, salí corriendo que me daba con los tacones en el culo y cuando ya me daba por mordido a una voz de su dueño el perro se paro en seco y regreso junto a su amo y el muy h...d p...se decojonaba de risa. Desde entonces mi relaccion con los perros como que no es muy buena.

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  2. Yo ceo que todos los que pisamos monte con cierta frecuencia tenemos alguna anécdota que contar de encuentros con perros. Yo suelo salir mucho solo y eso complica aún más esos encuentros. En una ocasión llegando al puerto de Piedrafita por la parte de León tuve que darme la vuelta, como bien dices tú. Aquel día no me quedó más remedio que renunciar a la ruta que tenía prevista. Morder, nunca me mordió ninguno y en general suelo hacer buenas migas con ellos, de hecho creo que con la edad he aprendido a tratarlos y a saber llevar mejor esos acosos que tan bien describes. La última, en mi ascensión a La Mua, el cruce por el pueblo de Cueva Alta lo hice escoltado por cuatro pastores alemanes. En caso de ser uno o dos me atrevo a decirles algo e intentar hacer migas, pero en esa ocasión, como tú, los ignoré y segui con paso tranquilo mi camino, esperando no tener que volver a cruzar el pueblo, como así fue.
    Un saludo
    PD: menudos carámbanos!!!. Parece febrero.

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  3. Impresionante nevada. Gracias por traer las imágenes hasta el Bierzo.

    Respecto de los perros yo estoy un poco harto. Tengo algunas experiencias relativamente recientes. Ahora salgo muy poco a la montaña y cada vez que salgo es un subidón. Suelo madrugar bastante y a veces hacer bastantes kilómetros con el coche hasta llegar al punto de partida y claro tener que darte la vuelta por uno de estos...

    Cuando voy con alguien es diferente. Parece que no hay miedo. Pero siempre que salgo a hacer observaciones de la fauna voy solo y encima cargado de trastos.

    Mis casos de momento son:

    Pineda (Somiedo): 4 perros ladrando y enseñando los dientes bastante cerca. Atravesamos el pueblo con cara de póker. Entre semana.

    Llamardal (Somiedo): Dos mastines locos haciendo señales evidentes de tirarse. Los palos entre ellos y nosotros. Fin de semana.

    Pardamaza (Gistredo)Hay dos perros atados a la salida del pueblo. Son cruce entre pastor alemán y husky. La poca experiencia que tengo me dice que ese tipo de perro es un perro agresivo. Aquel día no estaban atados. El más grande es el líder, el otro hace lo que hace el primero. Me ladraron mucho, eché huevos y pasé a pesar de que el más grande se me subía ladrando. Al final los dejé atrás pero cuando llevaba 100 metros alejados de ellos me giro y veo que les tengo detrás me ladran súbitamente y se vuelven. Menudo susto, pero quedaba avisado para la vuelta. Disfrutando poco aquel día pensando en la vuelta. A la vuelta se me hizo de noche intentando buscar un camino alternativo que no encontré. Al final no tuve otra que pasar por delante suyo con la suerte de que estaban atados. Ya no he vuelto solo al lugar, es una pena porque ese lugar me gusta mucho. Martes de carnaval.

    Torre de Babia. El mismo perro simpático de tu foto. Idéntica experiencia. Salió la dueña y dijo eso de "si nunca se pone así". "Ya, se lo dirás a todos", pensé yo. Se metió para dentro y allí nos dejó con el marrón. Ese perro ni oler miedo ni nada, en cuanto bajamos del coche ya estaba enseñando los dientes. 23 de abril.

    Puerto de Ancares: Camino del Cuiña. Después del madrugón y de los kilométros y de pedir día libre en el trabajo, día espléndido, etc, a escasos 200 metros de la carretera y a la altura del Refugio del Puerto dos mastines diciéndome aquello de "por aquí no pases". Era un día que esperaba desde hace meses. Media vuelta a las 8:30 de la mañana. Por si fuera poco me dirijo hacia Balouta en coche bajando el puerto y a mitad de camino 4 mastines en la carretera. Tuve que parar porque dos no se apartaban y ladraban como energúmenos. Ni se me ocurrió bajar. Lo malo es que se te pinche una rueda en ese lugar y no puedas avisar ni a la Guardia Civil porque no hay cobertura. Además no me crucé con un solo vehículo. Si en lugar de ir en coche voy en bici la cosa pudiera haber sido dramática.

    Todo esto hace dos lunes. Me quedo con el brezo, ya sabes.

    Éstas son las que yo recuerdo. En todas lo he pasado mal, y creo que en ninguna se me ha notado el miedo que tenía. Pero he tenido problemas. Los pastores y la gente del pueblo está en su derecho de poner y tener perros que más que animales de compañía son guardianes, no hay ley que lo prohíba. Pero podían aprender a distinguir a las personas de los animales. Lo mismo que se les alecciona para cuidar el ganado de los lobos.

    Hay pueblos que evito por no cruzarme con perros y eso es una pena, porque si voy con gente paro en el bar a tomar algo o a comer en algún lugar próximo. Si hay perros de este tipo quizás el turista-dominguero-montañero deje menos dinero.

    Me han dicho que si puedo que evite subir a Peña Orniz en verano desde La Cueta. Con las ganas que tengo.

    Saludos.

    Dani

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  4. Hola amigo! En primer lugar decirte que es impresionante la cantidad de nieve que alberga la cara norte del Alto de la Cañada todavía. Como bien dijiste en otro artículo, uno se queda flipando de como aguanta la nieve en Omaña a pesar de no ser cordillera cantábrica propiamente dicha.
    Torre es un bonito pueblo que conocí este verano cuando me acerqué al Montigüeiru. Por suerte no me salieron ninguno de estos perros que cuentas.
    La verdad es que en verano están más calmados, pero ahora entre semana y con tiempo frio, parece que ven lobos y ladrones por todas partes.
    Es una putada cuando se te cruzan y vas solo... A mí tampoco me han mordido, y aunque tengo mis técnicas para tranquilizar el ambiente, no dudo que algún día haya mordiscos y palos a tutiplen...
    Y es que al quedar más abandonados los pueblos, más ariscos se hacen los perros, parece ser...

    Un saludo y te animo a que visites y mi blog, donde también comento algo sobre una perrina, en este caso, más dócil y amable... jeje

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  5. Yo tengo una perra y quiza eso me hace ser un poco mas confiado,(que no imprudente),pero creo que todos los que salimos al monte hemos tenido alguna anecdota con los de cuatro patas,porque con los de dos tambien hay alguna para contar,jajaja.Buena nevada,si señor.
    Saludos.

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  6. Lo de los perros lo entiendo... he llegado a pensar en comprarme uno de esos silbatos anti canes...

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  7. Dijo Mark Twain (y luego Groucho Marx) que cuanto más conocía al ser humano, más quería a su perro. Yo no tengo perro, pero me siento más a gusto entre ellos (cuando ya me conocen) que entre los de dos patas, como dice Fosi. Aún así, por cada problema con seres humanos que tengo en el monte (muy pocos en muchos años) tengo un montón con los perros. Y siempre es cuando están en su territorio. El mismo perro que te gruñe y te planta cara junto a su casa o sus animales, mete el rabo entre las patas si te lo encuentras fuera de su territorio y simplemente le saludas. El exceso de celo (que es bueno cuando lo tienes protegiendo tu casa), cuando lo tienen los perros más agresivos, se convierte en un producto peligroso.

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  8. Pues los matacanes hasta ahora hemos tenido suerte con estos encuentros, que no han sido pocos por Somiedo y Babia (el último el verano pasado subiendo a las Fuentes del Sil). Bien es cierto que en algunos casos hemos tenido que dar un rodeo para evitar al mastín de turno, que se desgañitaba como un poseso pero que al ver que no le echábamos excesiva cuenta y evitábamos ir directos a él, se limitaba a seguirnos con la mirada..., eso sí, de pocos amigos.
    Un saludo.

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  9. Vaya paquetón de nieve que ha caido!! casi hay tanta como cuando fuimos nosotros en febrero.

    Sobre los perros...uff, yo estoy un poco harto de tener que aguantarlos. Entiendo que estén para proteger el ganado, pero estos bichos deberían de estar enseñado para distinguir dos o cuatro patas..jeje..

    Sobre lo que opina Dani, matizo...están en su derecho de tener perros, pero cuidado con la broma...Están considerados Perros potencialmente peligrosos y por tanto,sometidos a normativa...el día que alguien denuncie por una mordedura o ataque tendremos jaleo...

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  10. Lo siento por ti pero si tienes que dar la vuelta la das , los animales son antes que nosotros , la tierra les pertenece a ellos.

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  11. Yo creo que los Matacanes tenéis olor lobuno de Sierra Morena, y por eso los perros os miran a distancia.

    Lo de los perros es un tema delicado. En muchas ciudades no sólo es obligatorio llevarlos atados, sino incluso a veces con bozal. Está claro que aquí sólo se podría aplicar a los que andan por los pueblos, no a los que están libres en el monte controlando al ganado. Pero en toda España los perros andan sueltos por los pueblos, así que supongo que seguirá siendo así, ...hasta que ocurra una desgracia gorda.

    Tere, si por ti fuera, no estaría de más que se alimentaran conmigo, y que mis restos (después de que vinieran los carroñeros) abonaran la tierra. Pero ya sé la gracia que te hace cuando te sale ese mastín junto a Meneza que un día os va a comer a ti y a tu perro. Un abrazo

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  12. Me parece a mi que poca carne ivan a comer,y sabes que lo del mastìn , lo siento mas por Rayo que por esta menda.

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  13. Tere, no me malinterpretes...me he dado muchas veces la vuelta ante esos bichos. Soy consciente que los perros tienen su personalidad y los hay "profesionales" y "cabrones", como todo en la vida ;-).
    Sólo que me parece inaceptable que yendo por una tierra que no sea de un particular estés expuesto a un mordisco.
    No entiendo eso de los animales antes que nosotros (?), supongo que no opinarás lo mismo cuando un mastín te de un buen mordisco...

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  14. Tere, nosotros también somos animales... y también es nuestra Tierra.

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  15. Si , pero como creemos que es nuestra la tratamos como una mierda ; la tierra no es de nadie, como va el aire que respiras , el agua que bebes, el sol que te calienta...... ser de àlguien si fuese tuya, mìa ,de nuestos hijos,como no la queremos y cuidamos y lo peor dejamos a otro que la destrocen.
    perdona no es una regañina, pero hay dias que àlgunos se merecian.....

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  16. creo que es el calentamiento global por que las temporadas se atrasan o se adelantan linda ciudad por cierto

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  17. Qué bonito, las nevadas son preciosas. Tengo una foto del año pasado, muy parecida a la de los carámbanos, pero más pequeños. La verdad es que impresionan.

    Un beso, me quedo por aquí

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  18. Nosotros ya hemos tropezado dos veces con ese perro en Torre de Babia y que parece estar defendiendo siempre la entrada del pueblo.
    La primera vez que se nos acerco ladrando me enfrente a él en plan diciéndole"que cojones pasa" pues no lo veía yo muy valentón ,y así fue se me acojono todo y se fue con el rabo entre las patas.
    La segunda ocasión en torre de Babia también ,según bajamos del coche se nos vino encima ladrando muy cabreado,esta vez mi reacción fue distinta(me encantan los perros y llevo toda la vida estudiando su comportamiento)me dirigí a el diciéndole..muy bien campeón,así se hace ,defendiendo tu territorio verdad,eres el mejor y así alabándole hasta que vino a mi manso como un cordero debió entender que no le tenia ni pizca de respeto o miedo y se rindió ..o al menos eso pienso.
    La tercera vez que nos encontramos con el también salió ladrando como un poseso pero esta vez le ofrecimos pan duro que siempre llevamos en el coche para estos casos y que hasta el momento siempre nos ha salido muy bien,por eso cada vez que vamos por Babia llevamos pan duro en la mochila para ofrecerla a los perros o mastines que se ponen farrucos y tengo que decir que de momento es mano de santo,como decía en esta 3ºencuentro con este perro le ofrecimos pan y se volvió de lo mas cariñoso .
    De todas formas yo creo que siempre sale ladrando para satisfacer a un gran y viejo mastín que siempre esta con ellos pues después de ladrar siempre se acercaba al mastín como esperando su aprobación por lo hecho.
    Así que ese perro ya es para nosotros como de la familia.
    En una de esas ocasiones y a la salida del pueblo rumbo hacia Las Verdes nos salió un mastín muy agresivo ,pasamos por delante de el como si no existiera y nada nos hizo,otro mas adelante salió ladrando como un loco y esa vez me asuste ,pero lo paro su dueño y me dijo que solo ladraba pero que no hacia nada ...pero claro eso solo lo sabe el dueño.
    En fin yo recomiendo llevar siempre pan duro en la mochila y a mano por si las moscas,es algo que hasta ahora nos a funcionado

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  19. Gracias, Carmen y Alfonso, por la idea. Nunca se me había ocurrido. Yo me he encontrado con cientos de perros y no suelo tener ningún problema, pero éste me pilló en un mal día. Lo malo es para las personas que se bloquean siempre cuando les viene un perro en este plan. Un saludo

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